REALIDAD MERKEL.
Estos
últimos días hemos podido ver cómo el presidente del Gobierno español ha
rebautizado a Angela Merkel. Rajoy le ha cambiado “Angela” por "Realidad", quizá porque
haya conocido su lado menos divino, y más maligno. El PP entiende que España les pertenece y que la han recuperado de las
fauces de los que ellos denominan, peyorativamente, “los socialistas”.
Tanto cacarear con la defensa de España, con el nacionalismo y el patriotismo, para entregar al país, y a su Ciudadanía, a la república alemana. Tienen más consideración hacia sus correligionarios neoliberales europeos que a sus compatriotas socialistas españoles y a la totalidad de la Izquierda, en España.
Tanto cacarear con la defensa de España, con el nacionalismo y el patriotismo, para entregar al país, y a su Ciudadanía, a la república alemana. Tienen más consideración hacia sus correligionarios neoliberales europeos que a sus compatriotas socialistas españoles y a la totalidad de la Izquierda, en España.
Rajoy
ha reconocido que no ha cumplido, no está cumpliendo y, por lo que se ve, no
cumplirá, el programa electoral con el que pidió el voto a los españoles y las
españolas, que, en buena parte, otorgaron la confianza a quien prometía tener
la llave de la salida de la crisis; pues bien, ni tenía la llave, ni nos está
aliviando de la crisis, ni está mejorando España, ni se le espera. Porque hoy se ampara en LA REALIDAD y mañana ya encontrará otra cosa. Estamos asistiendo al acoso y derribo del Estado Social, manejando la Ley sin escrúpulos y al servicio de fines inconfesables. Hay mucha gente que se ha sentido defraudada con la acción de gobierno de Rajoy y del PP, que ya no les votaría; pero también hay mucha gente -la que no les votó- que, lejos de sentirse ahora defraudada por el gobierno de Rajoy, ha visto confirmarse sus más temidos presagios e -incluso- temiendo en que el desastre vaya más allá de lo imaginable.
Rajoy
se justifica con decir que LA REALIDAD es la que le ha impedido aplicar su
programa electoral. Una realidad que, al parecer, desconocía, mientras se
empleaba en plena campaña electoral, no sólo prometiendo lo que no iba a
cumplir, sino haciendo crítica de la política económica del Partido Socialista,
probablemente menos errática que la del Partido Popular. Y con
referirse a una REALIDAD que desconocía ,por lo que ha confesado, zanja cualquier polémica
y cualquier pago de su responsabilidad. Un buen ejercicio sería el de dimitir
si es que está aplicando una política en la que no cree.
Pero ya sabemos que la política para los ciudadanos, no es el fuerte del PP; sino todo lo contrario. La ideología de este Partido es la de detentar el poder. La gestión y los derechos ciudadanos les resultan algo secundario. Y aún habrá personas en el PP, o próximas al PP y que crean en la Democracia y en el Estado Social y de Derecho, pero no son los que rigen el rumbo del ese gran “transatlático” del PP de Rajoy. Probablemente, ni siquiera Rajoy tenga en sus manos el timón del Partido Popular.
Pero ya sabemos que la política para los ciudadanos, no es el fuerte del PP; sino todo lo contrario. La ideología de este Partido es la de detentar el poder. La gestión y los derechos ciudadanos les resultan algo secundario. Y aún habrá personas en el PP, o próximas al PP y que crean en la Democracia y en el Estado Social y de Derecho, pero no son los que rigen el rumbo del ese gran “transatlático” del PP de Rajoy. Probablemente, ni siquiera Rajoy tenga en sus manos el timón del Partido Popular.
Así
es, ahora manda en España REALIDAD MERKEL, porque LA REALIDAD de Rajoy es La
Merkel, aquélla que fue elegida en unas elecciones en Alemania, para desplegar
su poder por gran parte de Europa y, por supuesto, sobre España. Ya no hacen
falta tropas para doblegar a un país, como España, Italia, Grecia o Portugal,
sino tener a tu servicio al gobierno de ese país. La Merkel es La Realidad de
Rajoy y es la que le ha impedido llevar a cabo su programa electoral; ¿o quizá
no?.
Quizá el peor "demonio" de España no sea la propia canciller alemana; quizá el peor "demonio" se encuentre en las entrañas del partido popular. Y quizá -también- venga "como anillo al dedo" que esté por ahí Merkel para justificar todas las atrocidades del PP señalando a la alemana. Y quizá, por último, "entre todos la mataron y ella sola se murió"; es decir, nos encontramos ante la "tormenta perfecta", confluyendo, en un mismo momento y en un mismo lugar, la crisis, La Merkel (alias La Realidad), Rajoy y el PP. Menos mal que ya quedó en la cuneta Zarkozy, en manos de la Justicia francesa.
Quizá el peor "demonio" de España no sea la propia canciller alemana; quizá el peor "demonio" se encuentre en las entrañas del partido popular. Y quizá -también- venga "como anillo al dedo" que esté por ahí Merkel para justificar todas las atrocidades del PP señalando a la alemana. Y quizá, por último, "entre todos la mataron y ella sola se murió"; es decir, nos encontramos ante la "tormenta perfecta", confluyendo, en un mismo momento y en un mismo lugar, la crisis, La Merkel (alias La Realidad), Rajoy y el PP. Menos mal que ya quedó en la cuneta Zarkozy, en manos de la Justicia francesa.
Si
Rajoy resiste numantinamente al frente del Ejecutivo, a España le quedan algo más de tres años negros, más negros aún de los que llevábamos. Si Rajoy, ni siquiera
considerado entre los varones y varonesas del PP, decide disolver las cámaras,
podría presentarse nuevamente, pero, tanto con su actual curriculum político, como con esa REALIDAD
que ya conoce y antes no consideró. Y no es que fueramos a salir de la crisis
mejor y más rápido, pero tendríamos la oportunidad de elegir, nuevamente, de mantener derechos básicos
y no asistir a la destrucción del Estado Social.
No hagamos canibalismo patrio (que es a lo que nos aboca las políticas del partido popular), porque
llegará un momento en que quien sobrevive morirá, ya de inanición porque no se podrá comer a nadie más. En
tiempos difíciles, como los actuales, se imponen medidas como las que se
tomaron a la caída del régimen franquista; medidas de consenso, de
cohabitabilidad y de justo reparto. Los viernes del terror acabarán matando a
este país, dejándolo con menos posibilidades y con menos recursos. Y no nos
confundamos, no estamos ante medidas erróneas, sino premeditadas y con unos
fines concretos.
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